lunes, 26 de julio de 2010

LONDRES



LONDON:
Londres está entre las ciudades que enganchan a Glameryus. En el avión de vuelta a casa pasa el rato pensando en lo que hará en la próxima visita porque siempre tiene la certeza de que volverá.

Quedándonos en el Sofitel St James Hotel, en el Hilton Park Lane o en el Grovesnor House Hotel, estaremos bien situados para tener cerca, incluso para ir andando, sitios q nos interesan. Si la tarjeta no tiene límite, dos opciones imprescindibles son el One Aldwich o el Brown’s Hotel.

El Sofitel tiene un bar inglés acogedor, sobrio y muy masculino. Tiene una buena carta de cocktails, champagne por copas - cosa que valora - y una breve carta de fingerfood por si hay que picar algo. Además tiene una buena colección de maltas.

Para algo más agitado antes de cenar, el bar de la planta 28 del Hilton, el Galvin and Windows Bar, con sus muy solicitadas vistas de la ciudad y su Oscar Wilder cocktail, se convierte en un buen punto de quedada para dejarse ver. Para una copa de champagne esta el pequeño y blanco Pop Bar, con el gran inconveniente de que sólo podrás tomar Pommery.

El Grovesnor House no es el gran hotel que aparenta ser pero tiene un coffee house con vistas a Hyde Park , donde se puede tomar un café latte y un muffin o un sándwich cuando tengáis un poco de prisa.

El sitio para desayunar y coger fuerzas para el shopping es el café-restaurante Wolseley, en Picadilly cerca del Hotel Ritz. Está abierto desde la 7 de la mañana y es genial para un desayuno tranquilo. Su carta lo merece: hacen los mejores huevos Benedict del mundo civilizado, un salmón ahumado con huevos revueltos o en un bagel con crema de queso de llorar, además de una gran variedad de cafés y una calórica bollería. Nos encontraremos allí en días de diario porque el ambiente es más local y la vista se alegra con tanto ejecutivo enchaquetado. Los fines de semana se los dejamos a los pasajeros de Easyjet. Reservar no es imprescindible. Si lo decidís el día antes y no habéis reservado, es de los pocos sitios que guardan la mitad de las mesas para los espontáneos.

Es fundamental ir a la capital del imperio británico y tomar el té de las 5 (aunque sea a la 2 y cuarto). Una oportunidad para cotillear otros hoteles para próximas visitas y ponernos elegantes. Hay que sacarle partido a nuestra inversión de ese Chanel que es para toda la vida... La oferta es amplia y no hay hotelazo que se tercie que no esté overbooking a la hora del té. No se te olvide hacer la reserva con tiempo. Por muy español que sea llegar y plantarse allí como si fuese el Meliá de tu ciudad donde no va ni Rita a tomarse un café, aquí no te va a funcionar.

Nos gusta el “champagne afternoon tea “ del Hotel Dorchester , la elegante y mítica dama de Mayfair donde la hora del té es el momento ideal para alternar con señoras ricas del barrio, ejecutivos que quitan el hipo y todas los wanabes de la ciudad.

Para un té más íntimo y amenizado con un concierto privado de arpa (no nos engañemos chicas, esas cosas gustan), el Rose lounge en el Sofitel con su toque parisino y ese look tan “tarta de fresa chic” que lo hacen encantador.

¡¡¡Al fin llega la hora de comer!!! Para que la vayáis conociendo mejor, os confesamos una de sus múltiples adicciones: el Dim Sum.

¿Y dónde está la meca de Dim Sum en Europa?  En Londres. En Hakkasan para ser exactos. Este templo del placer especializado en cocina cantonesa moderna cerca de Soho es ideal para picar, comer, cenar o tomar cocktails algo diferentes, como su Lichee Martini, su Pink Mojito o su Jasmine Fon Fon. Pero a Glameryus lo que le hace enloquecer, levitar o incluso babear como Homer, es su carta de Dim Sum. Importante: sólo lo sirven al mediodía. Siempre intenta ir hambrienta para pedir la mayor cantidad posible de estos orgasmos en monodosis (¡cuánto le recuerdan a su Nespresso!). Quien tenga su misma adicción sabrá las carencias que hay de esta difícil y artesanal cocina en nuestro país. Menos mal que tenemos DiverXo.

Para bajar un poco la comida nada mejor que irse de shopping. Enjoy!!!


EN LA MALETA DE GLAMERIUS:

Algunos comodines:

Blazer de temporada azul marino con hombreras bien marcadas.

Pretty bailarinas y peep toe negros de Louboutine .

Abrigo tweeze - gabardina Burberry .

                                                       Mi neverfull siempre full.


LAS PISTAS DE HOY

# Smythson, no me gustan las tarjetas personales pero para regalos en piel es único, su nueva serie panamá sigue en su línea de elegancia habitual.

# Vivienne Westwood, para un toque new wave.

# Victoria & Albert museum, no es el más conocido, pero a mí me encantan sus colecciones de joyas, cerámica, cristalería, fotografía y, sobre todo, las de moda. Desde de Abril hasta Septiembre tenéis la gran oportunidad de cotillear el armario de un mito con la exposición GRACE KELLY: STYLE ICON, desde el legendario bolso Kelly de Hermès hasta el fabuloso vestido con el que recogió su Oscar. No pensamos perdérnosla.

# Cestas de picnic de Fortune and Mason: hoy comemos en St’ James Park.


VEREDICTO GLAMERYUS:


    SI:      Musical Los Miserables. Llorarás aunque no entiendas nada           Los productos de Molton Brown y Penhaligon’s: tus invitados no pararan de lavarse las manos.

    NO:     Harrods en fin de semana y el ubicuo "aroma" a aceite  vegetal de freir que inundan algunas calles .                                               

 

EL BRINDIS

Jérôme Prévost, La Closerie Les Béguines Extra Brut. Este delicado y delicioso champagne lleno personalidad está elaborado con un 100% Pinot Meunier y sorprende por su vinosidad. Cheers!

domingo, 18 de julio de 2010

BIENVENIDOS A GLAMERYUS.

Hola. Esto es Glameryus. Un blog para todo aquel q le guste DISFRUTAR. Un punto de encuentro para todo aquel que se divierta comiendo, bebiendo, viajando. Un lugar para hablar de grandes compras, para confesar alguna locura con la tarjeta y encontrar pistas para triunfar siempre.

En estos tiempos difíciles, de penurias y apreturas, quizás penséis que no es el mejor momento para hablar de lujo y glamour. Pero Glameryus es de la opinión de que la vida hay que encararla con optimismo y alegría y, no nos engañemos, a todos nos gusta lo bueno. Otra cosa es quién lo disfruta con glamour y quién no, pero esa es una larga historia de la que ya iremos hablando. Aquí no hay guiones ni ideas preconcebidas. Esto es pura espontaneidad, una tormenta de ideas basada en pequeñas – o no tan pequeñas – vivencias personales. Esperamos que os sirva de referente, que os divierta y que le saquéis provecho.

Glameryus es amante de la belleza y la elegancia en el viejo sentido de la palabra. Considera que el glamour puede estar en la otra punta del mundo o encontrarse a la vuelta de la esquina. Solo hay que buscarlo y desearlo. Y le gusta compartir todo esto. Ni un buen vino, ni una cena maravillosa, ni tu mejor vestido, ni la mejor cama de hotel, tienen sentido si no se comparten con alguien especial.

Prefiere sacrificar la comodidad a renunciar a sus 10 centímetros de tacón. Un little black dress nunca falta en su maleta. Y un Chanel 2.55 o un Lady Dior son sus bolsos para una apuesta segura. Chicas, que nunca os pongan coloradas para entrar en el sitio de moda. Lo perdurable es lo que manda en el mundo. Vayamos a los básicos.
Adora el dress code más riguroso. A un restaurante hay que ir vestido como merece la ocasión. Le aburre oír el concepto fusión en boca de los q todo marinan en soja hasta las croquetas de su abuela y de esas futuras promesas que por usar brotes, pizarras de colegios y meter una paella en un sifón piensan que han inventado el mundo.

Es perfeccionista, exigente, critica y, a veces, caótica. Persigue el placer, le encanta comer, viajar, comprar, beber. Si es champagne, a cualquier hora, pero no la veréis despreciar un oloroso jerezano o una chardonnay de Borgoña.

En los hoteles a Glameryus le gusta el lujo. No soporta el concepto de “confort inteligente” tan en boga hoy en día – pseudo-lujo para weekenders al fin y al cabo –, absurda excusa para no dar los servicios de un verdadero hotel al que se paga un precio de lujo. Tampoco quiere “sentirse como en casa”, quiere estar muchísimo mejor, que la traten como una reina. Ni quiere hacer nuevos amigos, ni un desayuno familiar con vecinos de Algete, ni aprender a ordeñar vacas y a eso llamarlo “turismo rural”. Quiere algo un poquito más “glameryus”.

Es adicta a los zapatos, a los bolsos, al dim sum, a las ortiguillas, al fingerfood, a lo orgánico, a las ediciones limitadas, a la música del Costes y del Café del Mar, a los hoteles Soneva y Mandarin Oriental, al armagnac, a las ostras Gillardeu, al champagne (y a su profeta San Clouet), al palak paneer indio, al Escalade, al Lexus y al Bentley, a Oscar de la Renta y a Valentino, a India y a Tailandia, a Londres y a Paris, a Nueva York y a Los Ángeles, a Sanlúcar de Barrameda y a San Sebastián, a la Opera Garnier y a la Staatoper de Berlín... Es una yonki del placer al fin y al cabo.

Y ahora brindemos. Abrimos para vosotros uno de los champagnes más especiales q ha llegado hasta nuestras manos, un André Clouet Un Jour de 1911, un sublime pinot noir que se que disfrutaréis hasta su ‘ultima burbuja.

Bienvenidos a Glameryus.